Tratamiento de vacuna rusa contra el cáncer podría comenzar pronto

Rusia se encuentra en la fase inicial de aplicación clínica de una innovadora vacuna terapéutica contra el cáncer, desarrollada por el Centro Nacional de Investigación Médica de Radiología y el Instituto Gamaleya. Este tratamiento, conocido como EnteroMix, ha mostrado una eficacia del 100 % en ensayos preclínicos realizados en laboratorio y en modelos animales, lo que ha despertado gran expectativa en la comunidad científica internacional.
A diferencia de las vacunas preventivas tradicionales, EnteroMix está diseñada para pacientes ya diagnosticados con cáncer. Su principio activo se basa en una combinación de cuatro virus no patógenos que destruyen células cancerígenas y activan la inmunidad antitumoral del paciente. Además, se elabora de forma personalizada, utilizando tecnología de ARN mensajero (ARNm) para adaptar el tratamiento a las mutaciones específicas del tumor de cada paciente.
El director del Centro Gamaleya, Alexandr Guíntsburg, informó que los grupos de pacientes ya están formados y que el tratamiento podría comenzar en uno o dos meses. Inicialmente, se aplicará a pacientes con melanoma y cáncer de pulmón de células no pequeñas, y posteriormente se extenderá a otros tipos como el cáncer colorrectal.
Los ensayos clínicos de fase I ya han comenzado con la participación de 48 pacientes, y aunque aún no se han publicado resultados concluyentes, los investigadores destacan la baja toxicidad y la ausencia de efectos adversos graves en las pruebas preclínicas.
Este avance se enmarca en una tendencia global hacia la medicina personalizada en oncología, donde tecnologías como el ARNm y la inteligencia artificial permiten diseñar tratamientos más precisos y eficaces. Según el Ministerio de Sanidad ruso, la vacuna podría comenzar a distribuirse gratuitamente a partir de 2025, una vez superadas las etapas regulatorias y clínicas necesarias.
Aunque los resultados iniciales son prometedores, expertos internacionales advierten que aún se requiere cautela. La validación científica a través de estudios revisados por pares y la transparencia en los datos serán fundamentales para confirmar la eficacia y seguridad de este tratamiento en humanos.