Rusia despliega su propio sistema de Internet orbital como respuesta a Starlink
Rusia despliega su propia constelación de satélites en órbita baja dando un paso decisivo en la competencia global por el Internet satelital, estos satélites están diseñados para ofrecer servicios de banda ancha en todo el planeta. Esta iniciativa, liderada por la corporación estatal Roscosmos en colaboración con una empresa privada, busca posicionarse como una alternativa directa al sistema Starlink de SpaceX, propiedad de Elon Musk.
El director de Roscosmos, Dmitri Bakanov, informó que el proyecto contempla dos fases de implementación. La primera comenzará en diciembre de este año con el lanzamiento de 300 satélites, mientras que la segunda fase añadirá otros 900 dispositivos en un plazo de dos años. Los satélites serán enviados en lotes de 16 unidades por cohete portador, lo que permitirá acelerar el proceso de despliegue y reducir costos operativos.
Según Bakanov, los satélites de prueba ya han superado exitosamente las evaluaciones en órbita, y los prototipos en serie han sido perfeccionados con base en los datos obtenidos. El sistema ruso ofrecerá servicios “exactamente análogos” a los estándares internacionales, garantizando acceso a Internet de alta velocidad incluso en zonas remotas y de difícil acceso.
Más allá de su dimensión tecnológica, el proyecto tiene implicaciones estratégicas. Rusia busca consolidar su soberanía digital y reducir la dependencia de redes extranjeras en un contexto de creciente tensión geopolítica. El acceso independiente a Internet orbital es considerado por el gobierno ruso como una cuestión de seguridad nacional.
Este desarrollo se enmarca en una tendencia global hacia la expansión de redes satelitales para democratizar el acceso a Internet. Mientras Starlink ya cuenta con miles de satélites operativos, Rusia se suma a la carrera con una propuesta que promete cobertura global y una infraestructura robusta en tiempo récord.
